Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias como, menos aún, insertarlas decididamente en su determinante marco histórico. Con el desarrollo de la Literatura durante el siglo XVIII en Europa, entramos ya de lleno en la consideración de los autores y las producciones contemporáneas. Tras un largo período de interpretación clasicista, la Literatura Universal sabe superar sus propios modelos para dar forma a moldes totalmente renovados y, en muchos casos, completamente originales; la irrupción y difusión de la ideología burguesa, que llevó a cabo una labor de Ilustración en todos los órganos de difusión culturales, determinó la puesta al día de una nueva sensibilidad cuya novedad revolucionó la Historia Universal. Por ello, frente a lo que muchas veces se ha dicho, el máximo logro del siglo XVIII no fue la actualización de los postulados racionalistas, sino, por el contrario, la disgregación de éstos en el irracionalismo que anegará, hasta nuestros días, la literatura contemporánea.
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Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias como, menos aún, insertarlas decididamente en su determinante marco histórico. Con el desarrollo de la Literatura durante el siglo XVIII en Europa, entramos ya de lleno en la consideración de los autores y las producciones contemporáneas. Tras un largo período de interpretación clasicista, la Literatura Universal sabe superar sus propios modelos para dar forma a moldes totalmente renovados y, en muchos casos, completamente originales; la irrupción y difusión de la ideología burguesa, que llevó a cabo una labor de Ilustración en todos los órganos de difusión culturales, determinó la puesta al día de una nueva sensibilidad cuya novedad revolucionó la Historia Universal. Por ello, frente a lo que muchas veces se ha dicho, el máximo logro del siglo XVIII no fue la actualización de los postulados racionalistas, sino, por el contrario, la disgregación de éstos en el irracionalismo que anegará, hasta nuestros días, la literatura contemporánea.