El premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes –coloquialmente, el Cervantes– fue convocado por el Ministerio de Información y Turismo el 15 de septiembre del año 1975 y por “la conveniencia de otorgar un reconocimiento oficial”, a una figura que uniera la notoriedad pública y la creación literaria en lengua castellana. Desde esa fecha y con tal fin en el último trimestre de cada año, normalmente en diciembre, de entre los seis escritores propuestos por las Reales Academias de la Lengua de España e Hispanoamérica, se da a conocer al premiado, que recogerá su galardón el 23 de abril del año siguiente en la Universidad de Alcalá de Henares, el día de la fiesta del libro en el que se conmemora la muerte de Miguel de Cervantes. En este libro se recogen las entrevistas que los premiados con el Cervantes concedieron a EL PAÍS en sus 37 años de existencia. EL PAÍS y el Cervantes llevan prácticamente una vida paralela, ya que el periódico nació el 5 mayo del año 1976, 12 días después de que Jorge Guillén recogiera su premio. Unas son entrevistas urgentes, hechas casi el mismo día de la concesión del Cervantes, donde los premiados manifiestan su alegría y su sorpresa. Otras, más a fondo, fueron realizadas antes o después de la entrega del galardón. En todas las entrevistas escuchamos la voz del Premio Cervantes: la naturaleza y la fuente de su trabajo literario. Todos manifiestan su gratitud por la concesión de un premio tan importante. Con EL PAÍS habló la generación del 27: Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego y Rafael Alberti. Jorge Luis Borges, premiado ex aequo con Gerardo Diego, manifestó que su Premio Cervantes era una “generosa equivocación”. Juan Carlos Onetti, con la habitual incredulidad de los personajes de sus novelas, decía: “¡Macanudo! Pero que no vengan todavía los periodistas: me tengo que afeitar”. El Premio Cervantes es como un juego viajero de ida y vuelta entre España y América Latina. Octavio Paz, Ernesto Sábato, Augusto Roa Bastos, Carlos Fuentes, Bioy Casares, Cabrera Infante, Nicanor Parra entre otros, traen a EL PAÍS su voz americana para mezclarse con la de los poetas españoles Luis Rosales, José Hierro o Ángel Gamoneda. Francisco Umbral, Miguel Delibes, Rafael Sánchez Ferlosio, Ana María Matute (“Si ganara el Cervantes daría saltos”), Vargas Llosa, Cela, Jorge Edwards, Caballero Bonald... todos ellos –los 37 Premios Cervantes– declaran, en sus entrevistas con EL PAÍS, su devoción inmensa a Cervantes y su Quijote.
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El premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes –coloquialmente, el Cervantes– fue convocado por el Ministerio de Información y Turismo el 15 de septiembre del año 1975 y por “la conveniencia de otorgar un reconocimiento oficial”, a una figura que uniera la notoriedad pública y la creación literaria en lengua castellana. Desde esa fecha y con tal fin en el último trimestre de cada año, normalmente en diciembre, de entre los seis escritores propuestos por las Reales Academias de la Lengua de España e Hispanoamérica, se da a conocer al premiado, que recogerá su galardón el 23 de abril del año siguiente en la Universidad de Alcalá de Henares, el día de la fiesta del libro en el que se conmemora la muerte de Miguel de Cervantes. En este libro se recogen las entrevistas que los premiados con el Cervantes concedieron a EL PAÍS en sus 37 años de existencia. EL PAÍS y el Cervantes llevan prácticamente una vida paralela, ya que el periódico nació el 5 mayo del año 1976, 12 días después de que Jorge Guillén recogiera su premio. Unas son entrevistas urgentes, hechas casi el mismo día de la concesión del Cervantes, donde los premiados manifiestan su alegría y su sorpresa. Otras, más a fondo, fueron realizadas antes o después de la entrega del galardón. En todas las entrevistas escuchamos la voz del Premio Cervantes: la naturaleza y la fuente de su trabajo literario. Todos manifiestan su gratitud por la concesión de un premio tan importante. Con EL PAÍS habló la generación del 27: Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego y Rafael Alberti. Jorge Luis Borges, premiado ex aequo con Gerardo Diego, manifestó que su Premio Cervantes era una “generosa equivocación”. Juan Carlos Onetti, con la habitual incredulidad de los personajes de sus novelas, decía: “¡Macanudo! Pero que no vengan todavía los periodistas: me tengo que afeitar”. El Premio Cervantes es como un juego viajero de ida y vuelta entre España y América Latina. Octavio Paz, Ernesto Sábato, Augusto Roa Bastos, Carlos Fuentes, Bioy Casares, Cabrera Infante, Nicanor Parra entre otros, traen a EL PAÍS su voz americana para mezclarse con la de los poetas españoles Luis Rosales, José Hierro o Ángel Gamoneda. Francisco Umbral, Miguel Delibes, Rafael Sánchez Ferlosio, Ana María Matute (“Si ganara el Cervantes daría saltos”), Vargas Llosa, Cela, Jorge Edwards, Caballero Bonald... todos ellos –los 37 Premios Cervantes– declaran, en sus entrevistas con EL PAÍS, su devoción inmensa a Cervantes y su Quijote.