El presente libro no es una recopilación de textos gnósticos como el nombre parece indicar, sino un profundo estudio acerca de dichos textos. Fue distinguido en Estados Unidos con el premio del «National Book Critics Circle» y con el «National Book Award» y, desde entonces, se ha convertido en obra de referencia indiscutible sobre los evangelios gnósticos. En él la profesora Pagels revela las numerosas discrepancias que separaban a los cristianos primitivos en torno a los hechos mismos de la vida de Cristo, al sentido de sus enseñanzas o a la forma de vida que debía adoptar su iglesia y describe las doctrinas gnósticas que niegan la resurrección física «en carne» de Cristo y rechazan la autoridad sacerdotal. El capítulo VI (La Gnosis) detalla el eje central de la doctrina gnóstica: «El objetivo es el conocimiento de Dios a través del conocimiento de uno mismo». La relación con Dios es individual y directa, sin intervención de sectas, ni sacerdotes, ni jerarquías, aunque precise la ayuda temporal de un maestro que inicie al individuo en el autoconocimiento. En este capítulo se describen algunas técnicas, que cualquier psicoanalista reconocería inmediatamente. Algunos conceptos filosóficos coinciden con el pensamiento platónico y sorprendentemente con el método dialéctico de Hegel. Esto no deja de ser, en su momento, claramente subversivo para una Iglesia (declarada oficial y de Estado con Constantino) que se basa en una estricta estructura jerárquica, se declara heredera y se arroga la única representación e infalible interpretación del mensaje de Cristo en el mundo. También se explica por qué y cómo la ortodoxia que finalmente se impuso declaró heréticos a los gnósticos y trató de eliminar todos los textos que contenían sus doctrinas. En todo caso, las doctrinas gnósticas no desaparecieron y se han mantenido tanto fuera como dentro de la Iglesia oficial. Unas veces de forma individual y otras como grupo han llegado hasta nuestros días, aunque resulta difícil identificar a sus seguidores que tienen como precepto la discreción y la humildad. Estos Evangelios gnósticos, sorprendentes y reveladores, nos obligan a reconsiderar profundamente la imagen establecida de los orígenes y el significado del cristianismo.
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El presente libro no es una recopilación de textos gnósticos como el nombre parece indicar, sino un profundo estudio acerca de dichos textos. Fue distinguido en Estados Unidos con el premio del «National Book Critics Circle» y con el «National Book Award» y, desde entonces, se ha convertido en obra de referencia indiscutible sobre los evangelios gnósticos. En él la profesora Pagels revela las numerosas discrepancias que separaban a los cristianos primitivos en torno a los hechos mismos de la vida de Cristo, al sentido de sus enseñanzas o a la forma de vida que debía adoptar su iglesia y describe las doctrinas gnósticas que niegan la resurrección física «en carne» de Cristo y rechazan la autoridad sacerdotal. El capítulo VI (La Gnosis) detalla el eje central de la doctrina gnóstica: «El objetivo es el conocimiento de Dios a través del conocimiento de uno mismo». La relación con Dios es individual y directa, sin intervención de sectas, ni sacerdotes, ni jerarquías, aunque precise la ayuda temporal de un maestro que inicie al individuo en el autoconocimiento. En este capítulo se describen algunas técnicas, que cualquier psicoanalista reconocería inmediatamente. Algunos conceptos filosóficos coinciden con el pensamiento platónico y sorprendentemente con el método dialéctico de Hegel. Esto no deja de ser, en su momento, claramente subversivo para una Iglesia (declarada oficial y de Estado con Constantino) que se basa en una estricta estructura jerárquica, se declara heredera y se arroga la única representación e infalible interpretación del mensaje de Cristo en el mundo. También se explica por qué y cómo la ortodoxia que finalmente se impuso declaró heréticos a los gnósticos y trató de eliminar todos los textos que contenían sus doctrinas. En todo caso, las doctrinas gnósticas no desaparecieron y se han mantenido tanto fuera como dentro de la Iglesia oficial. Unas veces de forma individual y otras como grupo han llegado hasta nuestros días, aunque resulta difícil identificar a sus seguidores que tienen como precepto la discreción y la humildad. Estos Evangelios gnósticos, sorprendentes y reveladores, nos obligan a reconsiderar profundamente la imagen establecida de los orígenes y el significado del cristianismo.