¿Qué es lo que se oculta detrás de su fachada y quién puede desenmascararla?
A veces, los límites del amor son los límites de la cordura…
Responsable, sensato, propietario de una fortuna importante y amigo de todos: Cassidy Davenport encarna al yerno soñado de las madres inglesas. Por eso todo el mundo se pregunta, si es carne de cañón para el matrimonio, por qué ignora a todas las candidatas y se entretiene persiguiendo a una mujer de mala reputación por los rincones más insólitos de Londres.
Un corazón blindado, una mente ágil y un espíritu sensible: Malorie Sutton tiene todo lo que el hombre calculador necesita para sentirse tentado, y todo lo que ella misma desea para sí… salvo la libertad. Esa que a Cassidy le es encomendada restringir ahora que es su tutor puntual.
Si hay algo a lo que vaya a poner más empeño que a meterla en cintura es a hacerla suya, aunque para ello deba burlar las advertencias de los peligrosos villanos que andan pisándole los talones y dejarlo todo atrás… Porque la locura es un viaje de ida, nunca de vuelta, y una vez la prueba ya no quiere regresar.
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¿Qué es lo que se oculta detrás de su fachada y quién puede desenmascararla?
A veces, los límites del amor son los límites de la cordura…
Responsable, sensato, propietario de una fortuna importante y amigo de todos: Cassidy Davenport encarna al yerno soñado de las madres inglesas. Por eso todo el mundo se pregunta, si es carne de cañón para el matrimonio, por qué ignora a todas las candidatas y se entretiene persiguiendo a una mujer de mala reputación por los rincones más insólitos de Londres.
Un corazón blindado, una mente ágil y un espíritu sensible: Malorie Sutton tiene todo lo que el hombre calculador necesita para sentirse tentado, y todo lo que ella misma desea para sí… salvo la libertad. Esa que a Cassidy le es encomendada restringir ahora que es su tutor puntual.
Si hay algo a lo que vaya a poner más empeño que a meterla en cintura es a hacerla suya, aunque para ello deba burlar las advertencias de los peligrosos villanos que andan pisándole los talones y dejarlo todo atrás… Porque la locura es un viaje de ida, nunca de vuelta, y una vez la prueba ya no quiere regresar.