El mundo es un lugar frío. Oscuro. Y diferente. Ahora es puro, simple. Real. Unos mandan, otros obedecen. Es una economía. Unos ganan, otros pierden. Yo siempre gano. Yo soy el rey. Soldados. Trabajadores. Esa es mi legión. Mi reino. Carolina no es nada de eso. Carol es mi reina. Pero no siempre lo fue. Ella era una más. Un peón. Una trabajadora. Una esclava en mi reino. Hasta que la conocí. Hasta que se abrió a mí. Hasta que la escuché. Hasta que me enamoré.
Adolescente Afortunada:
Escogida por el Empresario Multimillonario Maduro Laura tenía 19 años. Víctor 40. Ella estudiaba en la universidad. Él era un tiburón de los negocios. Un empresario reconocido. Culto. Atractivo. Divertido. De platos de televisión… … a revistas de negocios. Ella había leído sus libros. Su biografía. Sus entrevistas. Era un amor platónico. Pero entonces lo conoció. Él acababa de salir de una relación. Se puso a mirar fotos en Instagram. Alimentar su ego con sus seguidoras. Y la encontró a ella. Diferente a las demás. No era sólo un cuerpo bonito. Culta. Pasional. Divertida. Sus fotos y textos hablaban solos. Él mandó un “Hola”. Ella respondió “Buenos días”. Chatearon. Se dieron los números. Hablaron una hora. Se obsesionaron… Él se bajó del avión. Fue directo a verla. Todo lo demás podía esperar. Y la realidad superó toda expectativa.
Dante:
El Monstruo en mi Cama Nuestra historia no es realista. Y nadie nos creería. Nunca. Pero le amo. Le necesito. Y necesito protegerlo… Yo dormía en un motel. Sola. Me ayudaba a dormir. A huir. Y entonces apareció él. Mi vecino de al lado. Dante. Músculos de culturista. Actitud de lobo herido. Sangre en los nudillos. Y a punto de desmayarse. Lo llevé a su cuarto. Le curé las heridas. Al día siguiente fue peor. Dos costillas rotas. Al siguiente, un ojo morado. Yo no sabía quién era. No sabía lo que había perdido. No sabía por lo que luchaba. Pero le deseaba. ... Y mis problemas me encontraron. Mi ex. Maltratador. Obsesivo… … y Dante casi lo mata. Seguía sin conocerlo. Pero lo amaba. Y eso hice. Amarlo. Dante era el monstruo en mi cama. Pero, ¿quién era realmente?
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El mundo es un lugar frío. Oscuro. Y diferente. Ahora es puro, simple. Real. Unos mandan, otros obedecen. Es una economía. Unos ganan, otros pierden. Yo siempre gano. Yo soy el rey. Soldados. Trabajadores. Esa es mi legión. Mi reino. Carolina no es nada de eso. Carol es mi reina. Pero no siempre lo fue. Ella era una más. Un peón. Una trabajadora. Una esclava en mi reino. Hasta que la conocí. Hasta que se abrió a mí. Hasta que la escuché. Hasta que me enamoré. Adolescente Afortunada: Escogida por el Empresario Multimillonario Maduro Laura tenía 19 años. Víctor 40. Ella estudiaba en la universidad. Él era un tiburón de los negocios. Un empresario reconocido. Culto. Atractivo. Divertido. De platos de televisión… … a revistas de negocios. Ella había leído sus libros. Su biografía. Sus entrevistas. Era un amor platónico. Pero entonces lo conoció. Él acababa de salir de una relación. Se puso a mirar fotos en Instagram. Alimentar su ego con sus seguidoras. Y la encontró a ella. Diferente a las demás. No era sólo un cuerpo bonito. Culta. Pasional. Divertida. Sus fotos y textos hablaban solos. Él mandó un “Hola”. Ella respondió “Buenos días”. Chatearon. Se dieron los números. Hablaron una hora. Se obsesionaron… Él se bajó del avión. Fue directo a verla. Todo lo demás podía esperar. Y la realidad superó toda expectativa. Dante: El Monstruo en mi Cama Nuestra historia no es realista. Y nadie nos creería. Nunca. Pero le amo. Le necesito. Y necesito protegerlo… Yo dormía en un motel. Sola. Me ayudaba a dormir. A huir. Y entonces apareció él. Mi vecino de al lado. Dante. Músculos de culturista. Actitud de lobo herido. Sangre en los nudillos. Y a punto de desmayarse. Lo llevé a su cuarto. Le curé las heridas. Al día siguiente fue peor. Dos costillas rotas. Al siguiente, un ojo morado. Yo no sabía quién era. No sabía lo que había perdido. No sabía por lo que luchaba. Pero le deseaba. ... Y mis problemas me encontraron. Mi ex. Maltratador. Obsesivo… … y Dante casi lo mata. Seguía sin conocerlo. Pero lo amaba. Y eso hice. Amarlo. Dante era el monstruo en mi cama. Pero, ¿quién era realmente?