DE haber estado durmiendo —aunque tenía el sueño muy ligero— es posible que Luis de Soto no hubiera oído el leve ruido al otro lado de la puerta de su habitación. Pero como no estaba dormido —a pesar de ser más de las dos de la madrugada— sí que lo oyó. Levantando la vista de la novela con que buscaba llamar al sueño, miró hacia la puerta. Alguien estaba hurgando en la cerradura con sumo cuidado. Ahora bien; cuando a tales horas de la madrugada alguien intenta abrir la puerta de un departamento de hotel en París o en Shanghai, no suele ser con el exclusivo objeto de llevar un ramo de flores a su ocupante. Luis de Soto lo pensó así y obró en consecuencia.
Description:
DE haber estado durmiendo —aunque tenía el sueño muy ligero— es posible que Luis de Soto no hubiera oído el leve ruido al otro lado de la puerta de su habitación. Pero como no estaba dormido —a pesar de ser más de las dos de la madrugada— sí que lo oyó. Levantando la vista de la novela con que buscaba llamar al sueño, miró hacia la puerta. Alguien estaba hurgando en la cerradura con sumo cuidado. Ahora bien; cuando a tales horas de la madrugada alguien intenta abrir la puerta de un departamento de hotel en París o en Shanghai, no suele ser con el exclusivo objeto de llevar un ramo de flores a su ocupante. Luis de Soto lo pensó así y obró en consecuencia.