El coche que se detuvo ante la casa era de aspecto corriente y fabricado dos o tres años antes. El conductor vestía ropas oscuras, sombrero negro y llevaba también guantes negros. Apagó las luces del coche, pero dejó el motor en marcha. El conductor era hombre a quién le gustaban las cosas bien hechas y por eso tenía el motor en perfecta puesta a punto, lo que significa que apenas se oía a dos pasos de distancia.
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El coche que se detuvo ante la casa era de aspecto corriente y fabricado dos o tres años antes. El conductor vestía ropas oscuras, sombrero negro y llevaba también guantes negros. Apagó las luces del coche, pero dejó el motor en marcha. El conductor era hombre a quién le gustaban las cosas bien hechas y por eso tenía el motor en perfecta puesta a punto, lo que significa que apenas se oía a dos pasos de distancia.