El cuerpo de Caine osciló sobre las aguas, que se movían cada vez con más fuerza. Caine no decía nada; sin duda, estaba drogado, como todos los demás.
El cuerpo del hotelero quedó suspendido a un par de metros de la charca. De repente, algo emergió de las aguas.
Un estremecimiento de horror sacudió el cuerpo de Dinorah. Creys lo notó y agarró su mano con fuerza, como recomendándole serenidad. Ella creyó por un instante hallarse bajo el influjo de una alucinante pesadilla.
¿Era un saurio gigante? ¿Un animal antediluviano? ¿Una colosal serpiente de mar, prisionera de aquel reducido ámbito acuático?
La parte que se veía fuera del agua, cabeza, cuello y parte del cuerpo, medía cinco o seis metros de largo. La cabeza, sobre todo, era enorme, mayor que Boko y con una colosal bocaza, armada con unos dientes de aspecto escalofriante.
El cuello era muy grueso y relativamente corto, pues no mediría más de un par de metros de largo. Todo el animal estaba cubierto de grandes escamas de tonos verdosos y en el dorso aparecían unas prolongaciones óseas, como una larga cresta en forma de dientes de sierra.
El silencio era absoluto. De súbito, el monstruo emitió un horrible trompetazo.
Luego, alargó la cabeza. En el último instante, Caine, como saliendo de su torpor, pareció darse cuenta de la espantosa suerte que le habían reservado, y lanzó un horripilante alarido.
En el mismo instante, las fauces del monstruo se cerraban sobre el cuerpo de su víctima. Fue una dentellada brutal, mortífera; las dos mandíbulas, de un solo golpe, partieron a Caine, literalmente, por la mitad.
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El cuerpo de Caine osciló sobre las aguas, que se movían cada vez con más fuerza. Caine no decía nada; sin duda, estaba drogado, como todos los demás.
El cuerpo del hotelero quedó suspendido a un par de metros de la charca. De repente, algo emergió de las aguas.
Un estremecimiento de horror sacudió el cuerpo de Dinorah. Creys lo notó y agarró su mano con fuerza, como recomendándole serenidad. Ella creyó por un instante hallarse bajo el influjo de una alucinante pesadilla.
¿Era un saurio gigante? ¿Un animal antediluviano? ¿Una colosal serpiente de mar, prisionera de aquel reducido ámbito acuático?
La parte que se veía fuera del agua, cabeza, cuello y parte del cuerpo, medía cinco o seis metros de largo. La cabeza, sobre todo, era enorme, mayor que Boko y con una colosal bocaza, armada con unos dientes de aspecto escalofriante.
El cuello era muy grueso y relativamente corto, pues no mediría más de un par de metros de largo. Todo el animal estaba cubierto de grandes escamas de tonos verdosos y en el dorso aparecían unas prolongaciones óseas, como una larga cresta en forma de dientes de sierra.
El silencio era absoluto. De súbito, el monstruo emitió un horrible trompetazo.
Luego, alargó la cabeza. En el último instante, Caine, como saliendo de su torpor, pareció darse cuenta de la espantosa suerte que le habían reservado, y lanzó un horripilante alarido.
En el mismo instante, las fauces del monstruo se cerraban sobre el cuerpo de su víctima. Fue una dentellada brutal, mortífera; las dos mandíbulas, de un solo golpe, partieron a Caine, literalmente, por la mitad.