Dos historias que no te dejarán indiferente.
En este libro encontrarás dos los libros que protagoniza el nuevo inspector del año.
Caso 1. Andrés, el inspector de Policía Judicial del cuerpo UCO de Madrid, había sido destinado a Gerona para esclarecer un primer crimen, imposible de olvidar. Un mes antes, el asesino había elegido el modo tradicional para enviar su manuscrito. Un par de manos temblorosas dejaron sobre el mostrador de Correos el paquete de cuatrocientas páginas impresas. Era su primera novela. Y a esta le seguirían seis más, todas ellas rechazadas por sus editores, pero la séptima sería su obra maestra.
Caso 2. El Inspector Andrés López llega a Murcia en su primer día de vacaciones, pero el tren se detiene en un fortuito frenazo. Tras esto, todos ven que hay un hombre delante de la máquina del tren al que le falta la cabeza. Los ojos de la víctima permanecen abiertos y esconden lo que sucedió en realidad. Todos hablan de un accidente o incluso un suicidio, pero el inspector cree que ha sido asesinado. Mientras tanto, en la estación de trenes hay alguien bastante extraño. Mientras el Inspector Andrés López sigue las pautas de una investigación que no le pertenece, se suceden nuevos accidentes en el que el tren es el verdugo.
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Dos historias que no te dejarán indiferente. En este libro encontrarás dos los libros que protagoniza el nuevo inspector del año. Caso 1. Andrés, el inspector de Policía Judicial del cuerpo UCO de Madrid, había sido destinado a Gerona para esclarecer un primer crimen, imposible de olvidar. Un mes antes, el asesino había elegido el modo tradicional para enviar su manuscrito. Un par de manos temblorosas dejaron sobre el mostrador de Correos el paquete de cuatrocientas páginas impresas. Era su primera novela. Y a esta le seguirían seis más, todas ellas rechazadas por sus editores, pero la séptima sería su obra maestra. Caso 2. El Inspector Andrés López llega a Murcia en su primer día de vacaciones, pero el tren se detiene en un fortuito frenazo. Tras esto, todos ven que hay un hombre delante de la máquina del tren al que le falta la cabeza. Los ojos de la víctima permanecen abiertos y esconden lo que sucedió en realidad. Todos hablan de un accidente o incluso un suicidio, pero el inspector cree que ha sido asesinado. Mientras tanto, en la estación de trenes hay alguien bastante extraño. Mientras el Inspector Andrés López sigue las pautas de una investigación que no le pertenece, se suceden nuevos accidentes en el que el tren es el verdugo.