No fue nada fácil descubrir quién era el asesino de Boad Hill, pero tampoco fue nada fácil tener que enfrentarse a un nuevo monstruo una vez más.El invierno, uno de los más duros cuanto se habían vivido en Boad Hill había dejado huellas, y el sheriff Burt Duchamp le había apodado Jack pies de pluma; ahora, se enfrentaban de nuevo al mismo tipo que ya había muerto, suicidándose.Peter Bray era el salvador; tenía un brillo que su mamá le había dejado tras dejar este jodido mundo con un cáncer terminal en sus partes. No tenía hermanos ni hermanas y el don era solo suyo. Además de juntar letras en el procesador de textos, Peter se metía en ti y te leía la mente; incluso hacia algunas cosas más, rebuscaba en tu interior.Pero el frío invierno ya había pasado y su nombre aparecía en la portada de un libro. Eso le reconfortaba, pero las pesadillas continuas de aquellas chicas mirando al cielo con los ojos vidriosos, como si después de la muerte hubiera algo que ver en la distancia; no.Esos asesinatos atroces eran inquietantemente difíciles de describir, pero lo hizo. Ahora, nueve meses después y con uno de los otoños más complejos que la naturaleza le había dado a Boad Hill, se enfrentaba de nuevo a Jack pies ligeros. Y a la pantalla en blanco de su procesador de textos.La bestia había regresado y con él, el espanto.Peter juntó todas las palabras y aún a sabiendas de que el asesino había muerto, le llamó; el asesino de Boad Hill.
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No fue nada fácil descubrir quién era el asesino de Boad Hill, pero tampoco fue nada fácil tener que enfrentarse a un nuevo monstruo una vez más.El invierno, uno de los más duros cuanto se habían vivido en Boad Hill había dejado huellas, y el sheriff Burt Duchamp le había apodado Jack pies de pluma; ahora, se enfrentaban de nuevo al mismo tipo que ya había muerto, suicidándose.Peter Bray era el salvador; tenía un brillo que su mamá le había dejado tras dejar este jodido mundo con un cáncer terminal en sus partes. No tenía hermanos ni hermanas y el don era solo suyo. Además de juntar letras en el procesador de textos, Peter se metía en ti y te leía la mente; incluso hacia algunas cosas más, rebuscaba en tu interior.Pero el frío invierno ya había pasado y su nombre aparecía en la portada de un libro. Eso le reconfortaba, pero las pesadillas continuas de aquellas chicas mirando al cielo con los ojos vidriosos, como si después de la muerte hubiera algo que ver en la distancia; no.Esos asesinatos atroces eran inquietantemente difíciles de describir, pero lo hizo. Ahora, nueve meses después y con uno de los otoños más complejos que la naturaleza le había dado a Boad Hill, se enfrentaba de nuevo a Jack pies ligeros. Y a la pantalla en blanco de su procesador de textos.La bestia había regresado y con él, el espanto.Peter juntó todas las palabras y aún a sabiendas de que el asesino había muerto, le llamó; el asesino de Boad Hill.