Un recorrido a través de los hechos menos conocidos y las escaramuzas más curiosas de la historia argentina previa a la Revolución de Mayo.
Si tuviera una máquina que me permitiera viajar a nuestra tierra entre los siglos XVI y XVIII, sin duda sentiría que estoy en otro planeta. Aquella época de abogados que siembran el terror y de hombres que pagan por gobernar Buenos Aires, de sacerdotes chiflados y de contrabandistas ocupando los principales cargos, con invasiones de hormigas y corridas de toros frente al Cabildo, es un manantial de hechos trágicos, curiosos, románticos y desopilantes. Entre ellos, los primeros boqueteros de nuestra historia, la batalla del virrey Arredondo contra los perros, cómo los querandíes inventaron el delivery o el día en que los soldados ingleses jugaron un picadito en Luján.
Con la ayuda de obras de magníficos autores he podido construir mi máquina del tiempo y conocer ese extraño lugar. Los invito, queridos lectores, a participar de esta travesía, que se inicia en noviembre de 1507 y termina cinco minutos antes de Mayo de 1810.
No se ajusten los cinturones, pónganse cómodos. Allá vamos...
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Un recorrido a través de los hechos menos conocidos y las escaramuzas más curiosas de la historia argentina previa a la Revolución de Mayo.
Si tuviera una máquina que me permitiera viajar a nuestra tierra entre los siglos XVI y XVIII, sin duda sentiría que estoy en otro planeta. Aquella época de abogados que siembran el terror y de hombres que pagan por gobernar Buenos Aires, de sacerdotes chiflados y de contrabandistas ocupando los principales cargos, con invasiones de hormigas y corridas de toros frente al Cabildo, es un manantial de hechos trágicos, curiosos, románticos y desopilantes. Entre ellos, los primeros boqueteros de nuestra historia, la batalla del virrey Arredondo contra los perros, cómo los querandíes inventaron el delivery o el día en que los soldados ingleses jugaron un picadito en Luján.
Con la ayuda de obras de magníficos autores he podido construir mi máquina del tiempo y conocer ese extraño lugar. Los invito, queridos lectores, a participar de esta travesía, que se inicia en noviembre de 1507 y termina cinco minutos antes de Mayo de 1810.
No se ajusten los cinturones, pónganse cómodos. Allá vamos...
Daniel Balmaceda