Jungla. Solamente jungla. Espesor. Frondosidad. Humedad pegajosa que venía de los pantanos, del río Mekong, de aquel clima asiático, pegajoso y de bochorno. Sobre todo en la jungla. En aquella jungla silenciosa, que a la luz incierta podía ocultar trampas de muerte en su engañosa calma. Parecía como si no hubiera nadie vivo en derredor. Ni dentro de la espesura verde y lujuriosa. Pero todo eso era pura ilusión, engaño ominoso, sutil, muy propio del Oriente. Perezosamente, entre la fronda verde, se movían las aguas lentas, turbias, del río asiático. Más allá, había arrozales, pantanos. Humedad. Mucha humedad y calor por todas partes, incluso a aquella hora matinal, que hacía chillar de vez en cuando, lejanamente, a los pájaros exóticos que se ocultaban en la espesura.
Description:
Jungla. Solamente jungla. Espesor. Frondosidad. Humedad pegajosa que venía de los pantanos, del río Mekong, de aquel clima asiático, pegajoso y de bochorno. Sobre todo en la jungla. En aquella jungla silenciosa, que a la luz incierta podía ocultar trampas de muerte en su engañosa calma. Parecía como si no hubiera nadie vivo en derredor. Ni dentro de la espesura verde y lujuriosa. Pero todo eso era pura ilusión, engaño ominoso, sutil, muy propio del Oriente. Perezosamente, entre la fronda verde, se movían las aguas lentas, turbias, del río asiático. Más allá, había arrozales, pantanos. Humedad. Mucha humedad y calor por todas partes, incluso a aquella hora matinal, que hacía chillar de vez en cuando, lejanamente, a los pájaros exóticos que se ocultaban en la espesura.