Subtitulado: Análisis gamberro de la actualidad política. La sátira política hecha libro. Divertido, provocador, irreverente, anticapitalista, instructivo, víctima del humor, actual y accesible, pero serio en sus premisas políticas y honesto intelectualmente. Esta es la declaración de intenciones de ¡A votar se va leído! Estamos en un momento singular. Nuestra sociedad está cambiando, mutando a un ritmo acelerado. Vivimos un contexto que algún día se estudiará en los libros de historia, en los colegios e institutos, incluso en las universidades. De nosotros depende el rumbo que se tome a partir de ahora. Durante décadas se nos ha tachado de adormecidos, de conformistas, de generación perdida. Mientras tanto los políticos profesionalizados han hecho y deshecho todo aquello que han querido y más. Pero se les está acabando la mecha, y lo saben. El tono sarcástico y provocador que rodea a toda la obra supondrá un bocadito de aire fresco a todos aquellos que, independientemente de su nivel de formación política, seguro sabrán apreciar este respiro de sinceridad y “desvergonzonería” política. Al final se trata de un texto sin pelos en la lengua; y, ¿a quién no le gusta eso? No obstante, no se pierde ápice de profesionalidad en ningún momento. Definitivamente, en la próxima comida familiar podrás callarle la boca al facha de tu cuñado.
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Subtitulado: Análisis gamberro de la actualidad política. La sátira política hecha libro. Divertido, provocador, irreverente, anticapitalista, instructivo, víctima del humor, actual y accesible, pero serio en sus premisas políticas y honesto intelectualmente. Esta es la declaración de intenciones de ¡A votar se va leído! Estamos en un momento singular. Nuestra sociedad está cambiando, mutando a un ritmo acelerado. Vivimos un contexto que algún día se estudiará en los libros de historia, en los colegios e institutos, incluso en las universidades. De nosotros depende el rumbo que se tome a partir de ahora. Durante décadas se nos ha tachado de adormecidos, de conformistas, de generación perdida. Mientras tanto los políticos profesionalizados han hecho y deshecho todo aquello que han querido y más. Pero se les está acabando la mecha, y lo saben. El tono sarcástico y provocador que rodea a toda la obra supondrá un bocadito de aire fresco a todos aquellos que, independientemente de su nivel de formación política, seguro sabrán apreciar este respiro de sinceridad y “desvergonzonería” política. Al final se trata de un texto sin pelos en la lengua; y, ¿a quién no le gusta eso? No obstante, no se pierde ápice de profesionalidad en ningún momento. Definitivamente, en la próxima comida familiar podrás callarle la boca al facha de tu cuñado.