Para entender este tremendo problema transcultural, de la ablación, hay que comenzar por conocerlo. Este libro lo explica de forma novelada en un clima y un texto apasionante, que es imposible abandonar hasta la última página del libro. Esta novela se basa en uno de los problemas mas actuales y candentes, la ablacion genital femenina. Son ciento treinta millones las mujeres mutiladas en el mundo, ciento treinta millones, la mayoría africanas, de veintiocho países. En sólo un año, tres millones más serán las niñas infubiladas en todo el mundo. Consiste en la extirpación quirúrgica total de los genitales femeninos. Según diferentes culturas y regiones, las niñas deben tener entre dos y diez años. Con la infibulación se extrae el clítoris, los labios menores y también los mayores. La maniobra la realiza una mujer del pueblo con una cuchilla, a veces con un trozo de vidrio o con una piedra afilada. Por supuesto, no existen los antibióticos. Tampoco las mínimas condiciones de asepsia. Se cree que el clítoris no es parte de la persona, es sólo algo que está ahí y que no debe estar. Un error. Una equivocación. Hay que quitarlo.
Description:
Para entender este tremendo problema transcultural, de la ablación, hay que comenzar por conocerlo. Este libro lo explica de forma novelada en un clima y un texto apasionante, que es imposible abandonar hasta la última página del libro. Esta novela se basa en uno de los problemas mas actuales y candentes, la ablacion genital femenina. Son ciento treinta millones las mujeres mutiladas en el mundo, ciento treinta millones, la mayoría africanas, de veintiocho países. En sólo un año, tres millones más serán las niñas infubiladas en todo el mundo. Consiste en la extirpación quirúrgica total de los genitales femeninos. Según diferentes culturas y regiones, las niñas deben tener entre dos y diez años. Con la infibulación se extrae el clítoris, los labios menores y también los mayores. La maniobra la realiza una mujer del pueblo con una cuchilla, a veces con un trozo de vidrio o con una piedra afilada. Por supuesto, no existen los antibióticos. Tampoco las mínimas condiciones de asepsia. Se cree que el clítoris no es parte de la persona, es sólo algo que está ahí y que no debe estar. Un error. Una equivocación. Hay que quitarlo.