En sus Lecciones sobre la historia de la filosofía, Hegel comentó, no sin cierto desdén, la obra de Confucio, a la que consideró dispersa, asistemática e imbuida de una «moral popular». Ese juicio admite muchos matices. Las Analectas o Lun Yu (cuya traducción más literal sería Discusiones sobre los nombres de las cosas) son un conjunto de sentencias, anécdotas y diálogos breves —algunas presumiblemente apócrifas— recogidos por dos generaciones de discípulos durante los setenta y cinco años posteriores a la muerte del maestro. No se trata de una obra homogénea y coherente, sino fragmentaria. Sin embargo, a través de sus páginas Confucio, convertido en un personaje de una fuerza similar a la del Sócrates platónico, se muestra como un extraordinario conocedor y analista de la naturaleza humana. Su legado, si bien no se ajusta a los cánones de lo que se considera pensamiento filosófico en un sentido estricto, se ha convertido en modelo de sabiduría aplicable a la reflexión ética y política, capaz de mantener su vigencia durante veinticinco siglos.
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En sus Lecciones sobre la historia de la filosofía, Hegel comentó, no sin cierto desdén, la obra de Confucio, a la que consideró dispersa, asistemática e imbuida de una «moral popular». Ese juicio admite muchos matices. Las Analectas o Lun Yu (cuya traducción más literal sería Discusiones sobre los nombres de las cosas) son un conjunto de sentencias, anécdotas y diálogos breves —algunas presumiblemente apócrifas— recogidos por dos generaciones de discípulos durante los setenta y cinco años posteriores a la muerte del maestro. No se trata de una obra homogénea y coherente, sino fragmentaria. Sin embargo, a través de sus páginas Confucio, convertido en un personaje de una fuerza similar a la del Sócrates platónico, se muestra como un extraordinario conocedor y analista de la naturaleza humana. Su legado, si bien no se ajusta a los cánones de lo que se considera pensamiento filosófico en un sentido estricto, se ha convertido en modelo de sabiduría aplicable a la reflexión ética y política, capaz de mantener su vigencia durante veinticinco siglos.