La novela narra la historia de amor de Garibaldi y Anita, que Alicia Dujovne Ortiz, maestra en el arte contar, pinta, teje, canta con un placer contagioso, casi hipnótico, que atrapa al lector y lo mantiene preso de la lectura pero libre para seguir al personaje por la ciudad de Laguna, las playas de Rio Grande do Sul, a bordo del Rio Pardo, a caballo por el planalto y por el mato brasileños, en las aguas negras del río Pelotas, a través de la Serra das Antas, en la ciudad de Montevideo y cruzando el Atlántico rumbo a Italia hasta llegar a Roma en busca de la guerra y encontrar la muerte. Anita, la que sabe disparar el fusil y el cañón, la que lava su blusa y la camisa de su amante, la que domina el caballo como ninguna, la guerrillera, la puérpera que lleva en sus brazos un hijo y un arma, la carneadora de vacas, la que se encuentra enjaulada sin guerra y sin hombre, la enfermera en Roma y, finalmente, el cadáver semienterrado en una playa italiana es evocada en este magnífico relato donde se juntan la historia, la aventura y la pasión. 'Para José Garibaldi, la figura de mujer que se perfila a orillas del mar lechoso surge de una necesidad, la suya [...] Es el único italiano sobreviviente de un naufragio [...] Está solo en el mundo y necesita a una mujer. Justo en ese momento la ve a ella borrosa, se cala el catalejo, comprueba los detalles -alta, grandes pechos, cabellera retinta-, baja del barco y le dice: 'Tú debes ser mía'.'
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La novela narra la historia de amor de Garibaldi y Anita, que Alicia Dujovne Ortiz, maestra en el arte contar, pinta, teje, canta con un placer contagioso, casi hipnótico, que atrapa al lector y lo mantiene preso de la lectura pero libre para seguir al personaje por la ciudad de Laguna, las playas de Rio Grande do Sul, a bordo del Rio Pardo, a caballo por el planalto y por el mato brasileños, en las aguas negras del río Pelotas, a través de la Serra das Antas, en la ciudad de Montevideo y cruzando el Atlántico rumbo a Italia hasta llegar a Roma en busca de la guerra y encontrar la muerte. Anita, la que sabe disparar el fusil y el cañón, la que lava su blusa y la camisa de su amante, la que domina el caballo como ninguna, la guerrillera, la puérpera que lleva en sus brazos un hijo y un arma, la carneadora de vacas, la que se encuentra enjaulada sin guerra y sin hombre, la enfermera en Roma y, finalmente, el cadáver semienterrado en una playa italiana es evocada en este magnífico relato donde se juntan la historia, la aventura y la pasión. 'Para José Garibaldi, la figura de mujer que se perfila a orillas del mar lechoso surge de una necesidad, la suya [...] Es el único italiano sobreviviente de un naufragio [...] Está solo en el mundo y necesita a una mujer. Justo en ese momento la ve a ella borrosa, se cala el catalejo, comprueba los detalles -alta, grandes pechos, cabellera retinta-, baja del barco y le dice: 'Tú debes ser mía'.'