Son miles las personas que sueñan en convertirse en sopranos o barítonos; no son menos quienes, en cambio, sólo desean saber cuál es la entonación adecuada para lanzar exclamaciones como «¡Sabor!», «¡Azúcar!», «¡Qué chévere!» o «¡Baila merengue, mamacita!». Esta es la obra que todas ellas esperaban. Escrita por dos genios del humor, Jorge Maronna, miembro de Les Luthiers, y Daniel Samper, autor de reconocido mérito, encierra en sus páginas un hilarante recorrido por la historia de la música, culta y popular, salpicado de gracia y talento.• ¿Es verdad que el término «música» proviene de musiké y por ello la paternidad del noble arte de los sonidos se atribuye a los griegos? (Y la maternidad a las griegas).• ¿Sabía usted que los compositores trabajan con muy pocos elementos, sólo siete notas, incluso en los países ricos?• ¿Están equivocados quienes afirman que el valor de una corchea no depende de la inflación?Si envidia a «los tres tenores», si enlaza aria tras aria cada día bajo la ducha, si alguna vez se ha descubierto entonando en voz baja lo de «devórame otra vez», no lo dude, ésta es su oportunidad: seguirá cantando igual de mal, pero hablará como un entendido.
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Son miles las personas que sueñan en convertirse en sopranos o barítonos; no son menos quienes, en cambio, sólo desean saber cuál es la entonación adecuada para lanzar exclamaciones como «¡Sabor!», «¡Azúcar!», «¡Qué chévere!» o «¡Baila merengue, mamacita!». Esta es la obra que todas ellas esperaban. Escrita por dos genios del humor, Jorge Maronna, miembro de Les Luthiers, y Daniel Samper, autor de reconocido mérito, encierra en sus páginas un hilarante recorrido por la historia de la música, culta y popular, salpicado de gracia y talento.• ¿Es verdad que el término «música» proviene de musiké y por ello la paternidad del noble arte de los sonidos se atribuye a los griegos? (Y la maternidad a las griegas).• ¿Sabía usted que los compositores trabajan con muy pocos elementos, sólo siete notas, incluso en los países ricos?• ¿Están equivocados quienes afirman que el valor de una corchea no depende de la inflación?Si envidia a «los tres tenores», si enlaza aria tras aria cada día bajo la ducha, si alguna vez se ha descubierto entonando en voz baja lo de «devórame otra vez», no lo dude, ésta es su oportunidad: seguirá cantando igual de mal, pero hablará como un entendido.