Para amantes de la infidelidad consentida y los juegos eróticos en pareja. Una novela con muchos personajes que van cruzando sus caminos a medida que avanza la historia. En esta segunda parte Claudia acepta la propuesta de su marido y finalmente decide quedar con otro hombre. ¿Qué tal irá esa primera cita?. David está en la mesa con ellos, como espectador de lujo. “Llegó un taxi y nos sentamos en la parte de atrás, con mi mujer en medio de los dos. Ahí sí que no lo esperaba, pero él se puso cariñoso con Claudia, seguramente ya se lo habría varias veces cuando estaban a solas, pero esta vez lo hizo para que lo escuchara yo. - ¡Que ganas tenía de que vinieras a Madrid! Luego se inclinó sobre ella y la besó en el hombro mientras ponía una mano en sus muslos, Claudia tímida se volvió hacia él y le dijo algo susurrando que no pude entender, algo así como “aquí no”. - Llevo toda la noche queriéndote dar un beso, dijo él un poco más alto, esta vez no solo lo escuché yo, sino también el taxista, - Anda ven aquí. Abrí los ojos como platos y miré hacia ellos, no podía creerme que Claudia fuera a hacerlo con aquel tío en medio de un taxi. Parece que se resistió un poco, pero él dijo algo en bajito que no escuché y aquello venció la última línea de defensa de Claudia que terminó dándole un pequeño pico en la boca. No fue el beso más erótico, ni el más sensual de la historia, pero el ver a mi mujer besarse furtivamente con su futuro amante supuso para mí una gran victoria. Claudia iba a hacerme un cornudo. Y su acompañante iba a proclamar mi condición delante del taxista. - Es fantástica tu mujer, tienes mucha suerte, me dijo inclinándose hacia delante. Esta vez el que abrió los ojos como platos fue el taxista...”
Description:
Para amantes de la infidelidad consentida y los juegos eróticos en pareja. Una novela con muchos personajes que van cruzando sus caminos a medida que avanza la historia. En esta segunda parte Claudia acepta la propuesta de su marido y finalmente decide quedar con otro hombre. ¿Qué tal irá esa primera cita?. David está en la mesa con ellos, como espectador de lujo. “Llegó un taxi y nos sentamos en la parte de atrás, con mi mujer en medio de los dos. Ahí sí que no lo esperaba, pero él se puso cariñoso con Claudia, seguramente ya se lo habría varias veces cuando estaban a solas, pero esta vez lo hizo para que lo escuchara yo. - ¡Que ganas tenía de que vinieras a Madrid! Luego se inclinó sobre ella y la besó en el hombro mientras ponía una mano en sus muslos, Claudia tímida se volvió hacia él y le dijo algo susurrando que no pude entender, algo así como “aquí no”. - Llevo toda la noche queriéndote dar un beso, dijo él un poco más alto, esta vez no solo lo escuché yo, sino también el taxista, - Anda ven aquí. Abrí los ojos como platos y miré hacia ellos, no podía creerme que Claudia fuera a hacerlo con aquel tío en medio de un taxi. Parece que se resistió un poco, pero él dijo algo en bajito que no escuché y aquello venció la última línea de defensa de Claudia que terminó dándole un pequeño pico en la boca. No fue el beso más erótico, ni el más sensual de la historia, pero el ver a mi mujer besarse furtivamente con su futuro amante supuso para mí una gran victoria. Claudia iba a hacerme un cornudo. Y su acompañante iba a proclamar mi condición delante del taxista. - Es fantástica tu mujer, tienes mucha suerte, me dijo inclinándose hacia delante. Esta vez el que abrió los ojos como platos fue el taxista...”