Tras ensayar en 'Montante cristiano y político' (1726) una ampliación de las posibilidades del artificio onírico aplicándolo a un nuevo género —los escritos polémicos—, Torres se aproxima al esquema quevedesco en 'Visiones y visitas', para acogerse a él casi por completo en 'La barca de Aqueronte': medular intención satírico-moral, crítica de estamentos, profesiones y costumbres, estructura de yuxtaposición o alineación deshumanizadora de las figuras, concentrado estilo expresionista de efectos desrealizadores... Pero no carecen de rasgos profundamente originales. (...) Finalmente el apego de Torres a la concreta realidad histórica y social determina en sus 'sueños' una valentía crítica a la que en el fondo nunca llegaron las abstracciones satírico-morales de Quevedo. Sirva de ejemplo 'La Barca de Aqueronte', la obra que mas de cerca sigue los modelos quevedescos ('El sueño del Juicio Final' y 'Las Zahurdas de Plutón''). El libro escrito en 1731, permaneció doce años sin ser publicado, para aparecer al fin amputado, sin los capítulos referentes a la universidad y a la nobleza. Pasajes semejantes de 'Vida natural y católica' fueron expurgados tras la condena inquisitorial de 1743. Prueba de lo lejos que el autor había ido en la denuncia de la desigualdad entre los hombres, el origen injusto de la nobleza y la usurpación de unos pocos de los bienes comunes; y prueba también de que sus críticas no fueron recibidas en su tiempo como inocuas abstracciones propias de la literatura moral. [Tomado de 'Revisión de Torres Villarroel de Manuel María Pérez López, Emilio Martinez Mata, (eds.), Ediciones Universidad de Salamanca, 1998]
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Tras ensayar en 'Montante cristiano y político' (1726) una ampliación de las posibilidades del artificio onírico aplicándolo a un nuevo género —los escritos polémicos—, Torres se aproxima al esquema quevedesco en 'Visiones y visitas', para acogerse a él casi por completo en 'La barca de Aqueronte': medular intención satírico-moral, crítica de estamentos, profesiones y costumbres, estructura de yuxtaposición o alineación deshumanizadora de las figuras, concentrado estilo expresionista de efectos desrealizadores... Pero no carecen de rasgos profundamente originales. (...) Finalmente el apego de Torres a la concreta realidad histórica y social determina en sus 'sueños' una valentía crítica a la que en el fondo nunca llegaron las abstracciones satírico-morales de Quevedo. Sirva de ejemplo 'La Barca de Aqueronte', la obra que mas de cerca sigue los modelos quevedescos ('El sueño del Juicio Final' y 'Las Zahurdas de Plutón''). El libro escrito en 1731, permaneció doce años sin ser publicado, para aparecer al fin amputado, sin los capítulos referentes a la universidad y a la nobleza. Pasajes semejantes de 'Vida natural y católica' fueron expurgados tras la condena inquisitorial de 1743. Prueba de lo lejos que el autor había ido en la denuncia de la desigualdad entre los hombres, el origen injusto de la nobleza y la usurpación de unos pocos de los bienes comunes; y prueba también de que sus críticas no fueron recibidas en su tiempo como inocuas abstracciones propias de la literatura moral. [Tomado de 'Revisión de Torres Villarroel de Manuel María Pérez López, Emilio Martinez Mata, (eds.), Ediciones Universidad de Salamanca, 1998]