Entre los textos que Dionisio, profesor de Retórica, escribió, destaca <cite>Sobre la composición literaria</cite>, un tratado de preceptiva de singular interés. Es el único de los antiguos, al menos entre los que hemos conservado, que trata del orden de las palabras y del ritmo de la prosa. Es, en suma, un texto muy atractivo de crítica literaria, de una notable originalidad, a la vez que deudor de la tradición anterior.
<cite>Sobre Dinarco</cite> es un breve ensayo de crítica literaria pensado como complemento al tratado Sobre los oradores áticos. Dionisio se ocupa en esta ocasión de un orador menor cuya vida y obra no había tratado con anterioridad. Se puede afirmar que <cite>Sobre Dinarco</cite> es una de sus últimas obras, seguida quizás tan sólo por Sobre la composición literaria, el segundo de los tratados que dedicó Dionisio a Demóstenes y la Segunda carta a Ameo.
<cite>La Primera carta a Ameo</cite>, gira en torno a un problema de historia literaria muy concreto: la primacía en el tiempo de los discursos de Demóstenes con respecto a los tratados de retórica de Aristóteles. Es un tratado presentado en forma epistolar pero que no por ello pierde su carácter técnico. Esta carta, primera de las dirigidas a Ameo, la dedicada a Pompeyo Gémino y la <cite>Segunda carta a Ameo</cite>, pertenecen al género denominado «carta-ensayo», un género que se caracteriza por su unidad de argumento y por estar dirigidas a un destinatario concreto pero concebidas para un público amplio.
<cite>La Carta a Pompeyo Gémino</cite> es una obra ambiciosa. Surge como respuesta a una petición concreta de un lector del tratado que Dionisio dedicó a Demóstenes. La importancia de los temas tratados hace que el lenguaje no sea coloquial, a pesar de adoptar la forma de una carta, sino técnico, alusivo y, en la segunda parte sobre todo, didáctico.
La denominada <cite>Segunda carta a Ameo</cite> es en realidad un apéndice del tratado <cite>Sobre Tucídides</cite>. El resultado es un tratado en el que, a diferencia de las otras dos cartas literarias de Dionisio, se ocupa básicamente de cuestiones gramaticales y lingüísticas más que literarias.
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Entre los textos que Dionisio, profesor de Retórica, escribió, destaca <cite>Sobre la composición literaria</cite>, un tratado de preceptiva de singular interés. Es el único de los antiguos, al menos entre los que hemos conservado, que trata del orden de las palabras y del ritmo de la prosa. Es, en suma, un texto muy atractivo de crítica literaria, de una notable originalidad, a la vez que deudor de la tradición anterior.
<cite>Sobre Dinarco</cite> es un breve ensayo de crítica literaria pensado como complemento al tratado Sobre los oradores áticos. Dionisio se ocupa en esta ocasión de un orador menor cuya vida y obra no había tratado con anterioridad. Se puede afirmar que <cite>Sobre Dinarco</cite> es una de sus últimas obras, seguida quizás tan sólo por Sobre la composición literaria, el segundo de los tratados que dedicó Dionisio a Demóstenes y la Segunda carta a Ameo.
<cite>La Primera carta a Ameo</cite>, gira en torno a un problema de historia literaria muy concreto: la primacía en el tiempo de los discursos de Demóstenes con respecto a los tratados de retórica de Aristóteles. Es un tratado presentado en forma epistolar pero que no por ello pierde su carácter técnico. Esta carta, primera de las dirigidas a Ameo, la dedicada a Pompeyo Gémino y la <cite>Segunda carta a Ameo</cite>, pertenecen al género denominado «carta-ensayo», un género que se caracteriza por su unidad de argumento y por estar dirigidas a un destinatario concreto pero concebidas para un público amplio.
<cite>La Carta a Pompeyo Gémino</cite> es una obra ambiciosa. Surge como respuesta a una petición concreta de un lector del tratado que Dionisio dedicó a Demóstenes. La importancia de los temas tratados hace que el lenguaje no sea coloquial, a pesar de adoptar la forma de una carta, sino técnico, alusivo y, en la segunda parte sobre todo, didáctico.
La denominada <cite>Segunda carta a Ameo</cite> es en realidad un apéndice del tratado <cite>Sobre Tucídides</cite>. El resultado es un tratado en el que, a diferencia de las otras dos cartas literarias de Dionisio, se ocupa básicamente de cuestiones gramaticales y lingüísticas más que literarias.