Cuando Willard Russell, veterano de la primera guerra mundial, descubre que el cáncer empuja a su mujer hacia una muerte inevitable, concluye que solo Jesús podrá socorrer a quien la ciencia ha condenado; tras erigir un altar en pleno bosque, se entrega a unas sesiones de oración que, poco a poco, se tornarán peligrosamente sangrientas, y en las que participará, estoico, su hijo Arvin. Durante más de dos décadas, desde la resaca posbélica hasta los aparentemente esperanzados años sesenta, Arvin crece en busca de su propia versión de la justicia, rodeado de personajes tan particulares como siniestros: Carl y Sandy Henderson, una pareja de asesinos en serie que patrullan América en una extraña misión homicida; el fugitivo Roy, predicador circense y febril, y su compañero Theodore, guitarrista paralítico y asediado por sus pulsiones; el religioso Preston Teagardin, cruel, sádico y lascivo, y el sheriff corrupto Lee Bodecker, que está dejando de beber. Hombres y mujeres frecuentemente dominados por formas monstruosas de la fe, que perdieron el rumbo en un mundo a la deriva donde Dios no es más que una sombra.
Tras el sensacional éxito de Knockemstiff he aquí la esperadísima primera incursión en la novela de Donald Ray Pollock: El diablo a todas horas mezcla la imaginería del gótico norteamericano con la sequedad y crudeza de la novela negra más descarnada en una trama adictiva y contundente, que replica y expande la intensidad de sus mejores relatos. Todo un despliegue de poder narrativo, y la reválida de una firma imprescindible.
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Cuando Willard Russell, veterano de la primera guerra mundial, descubre que el cáncer empuja a su mujer hacia una muerte inevitable, concluye que solo Jesús podrá socorrer a quien la ciencia ha condenado; tras erigir un altar en pleno bosque, se entrega a unas sesiones de oración que, poco a poco, se tornarán peligrosamente sangrientas, y en las que participará, estoico, su hijo Arvin. Durante más de dos décadas, desde la resaca posbélica hasta los aparentemente esperanzados años sesenta, Arvin crece en busca de su propia versión de la justicia, rodeado de personajes tan particulares como siniestros: Carl y Sandy Henderson, una pareja de asesinos en serie que patrullan América en una extraña misión homicida; el fugitivo Roy, predicador circense y febril, y su compañero Theodore, guitarrista paralítico y asediado por sus pulsiones; el religioso Preston Teagardin, cruel, sádico y lascivo, y el sheriff corrupto Lee Bodecker, que está dejando de beber. Hombres y mujeres frecuentemente dominados por formas monstruosas de la fe, que perdieron el rumbo en un mundo a la deriva donde Dios no es más que una sombra.
Tras el sensacional éxito de Knockemstiff he aquí la esperadísima primera incursión en la novela de Donald Ray Pollock: El diablo a todas horas mezcla la imaginería del gótico norteamericano con la sequedad y crudeza de la novela negra más descarnada en una trama adictiva y contundente, que replica y expande la intensidad de sus mejores relatos. Todo un despliegue de poder narrativo, y la reválida de una firma imprescindible.