He aquí Saigón. El gran buque de línea viró hacia la costa sombreada por las palmeras. Bajo el sol implacable el turbio río espejeaba como cobre viejo. El cielo era inefablemente azul; los árboles y jardines de más allá mostraban su verdor increíble. He aquí un pequeño París que surgía en medio del mundo. La alegría y el esplendor franceses cubrían con su frívola capa al viejo Annam, sumido en los sombríos sueños de los siglos pasados, de las glorias pretéritas y del encanto de sus brillantes ciudades, ahora enterradas y silenciosas en las soledades de la selva.
Description:
He aquí Saigón. El gran buque de línea viró hacia la costa sombreada por las palmeras. Bajo el sol implacable el turbio río espejeaba como cobre viejo. El cielo era inefablemente azul; los árboles y jardines de más allá mostraban su verdor increíble. He aquí un pequeño París que surgía en medio del mundo. La alegría y el esplendor franceses cubrían con su frívola capa al viejo Annam, sumido en los sombríos sueños de los siglos pasados, de las glorias pretéritas y del encanto de sus brillantes ciudades, ahora enterradas y silenciosas en las soledades de la selva.